Mi dilema con las notas al pie electrónicas
Artículo publicado en 2024
Una de las diferencias entre un libro impreso y un ebook es que, en este, las notas al pie están enlazadas al texto de modo que, desde un lector electrónico, con un clic en el hipervínculo, se consulta ese párrafo de ampliación y, con otro clic, se vuelve al texto. Esta particularidad me sitúa constantemente en la disyuntiva de si merece la pena clicar en el numerito.
Existen al menos dos clases de notas al pie desde el punto de vista de su contenido: por un lado, aquella que detalla la fuente de una información y, por otro lado, la que aporta un comentario del autor o una nota del traductor. También las hay híbridas de esas dos.
Las notas al pie del segundo tipo, las que extienden el conjunto, son las que me suelen interesar. Sin embargo, que yo sepa, en el texto principal no hay forma de distinguir a qué especie de nota nos llevará el enlace. La redacción que precede al numerito nos puede dar una pista, pero no se sabe a ciencia cierta y, por tanto, existe la posibilidad de perderse un apunte valioso si no se pulsa. Y, precisamente lo digo por experiencia, la idea que tenemos sobre algo puede depender de leer o no una nota al pie que se prefirió sacar del flujo principal.
La tipografía o la numeración podrían terminar con tal incertidumbre. Por ejemplo, las notas de continuación podrían indicarse como superíndice y las de referencia como subíndice; o viceversa. O recurrir a las cifras romanas para unas (las menos numerosas) y para las otras, no.
Desconozco si esto es solo cosa mía o a alguien más le pasa. Tal vez los demás siempre leéis todas las notas en su debido momento (si es que lo hay) u os aseguráis de revisar minuciosamente esa sección cuando se termina el libro y se llega a la sección que recopila todas las notas al final. En cualquier caso, me encantan las notas al pie.