La razón por la que nunca escribiré bien en inglés
Artículo publicado en 2023 y revisado en 2023
No sé si se me mostraron explícitamente las diferencias ortotipográficas entre el inglés y el español. Es decir, no recuerdo si me explicaron las reglas de cuándo y cómo usan de otra forma cierta puntuación, las rayas o las comillas. En cualquier caso, sé que ya percibí cosas distintas en los diálogos e incisos de los primeros textos literarios en inglés que nos pedían leer.
En general, quiero pronunciar bien y escribir correctamente en cualquier idioma en que me exprese. Por otro lado, algo me hace aferrarme a la ortotipografía hispana cuando redacto en inglés. Yo pongo el signo de puntuación después del cierre de comillas, suelo añadir una coma antes de “but” o antes del vocativo (aunque nadie más lo haga en los emails en inglés que se dirigen a mí) y no me planteo colocar coma antes de “and”.
Es un modo de transmitir mi acento por escrito. Tal vez incoherente, porque, si a mí me chirría su estilo de puntuar, lo mismo estoy causando en el lector anglófono cuando me resisto a usar su puntuación en mi inglés. Y, encima, incidir en esa transposición de la ortotipografía española cuando escribo en inglés refuerza aún más mi costumbre a lo hispano y complica mi adaptación a lo que debería emplear.
Sí me adapto a no poner dos puntos después del nombre en un correo, aunque me sigue costando. Bueno, utilizo las comillas anglosajonas siempre (también en español), en vez de las angulares latinas, sin embargo, creo que en este caso es una cuestión de que las altas sí tienen una tecla dedicada y además son más fáciles de hacer decentemente cuando se escribe a mano.
Supongo que las buenas traducciones hacen que la diversidad ortotipográfica pase desapercibida. Cada lengua natural tiene numerosos componentes que la hacen singular y la ortotipografía es uno de ellos, quizá el más desconocido cuando se aprende un idioma.