Idea para marcar las tareas acabadas: lápices de colores
Artículo publicado en 2022 y revisado en 2023
En el post sobre para qué trabajar tanto ya compartí bastante mi forma de afrontar una lista de tareas, como lo que relaja tapar con un folio en blanco o equivalente los demás días en la agenda semanal de papel. También creo que podría serle útil a alguien la manera en la que desde hace unos meses marco las tareas completadas: con lápices de colores.
Desventajas de tachar tareas hechas
Si tacho con el bolígrafo las cosas que vaya completando, me resulta más difícil discernir qué es lo que me queda por hacer. Además, pasar una raya por el texto oscurece unas palabras que quizá vendría bien consultar en el futuro. Por último, como al final de semana las diferentes faenas deben estar tachadas (también las que no se han podido hacer y se han movido al futuro), no se puede saber a simple vista la productividad y el éxito en distribuir los quehaceres.
En lugar de tachar, es posible poner un tic (V) o una equis (X) para lo que se ha hecho o no, pero considero que la confusión en tal caso sería todavía mayor.
Colorear las tareas terminadas
Sé que sobre todo los programas informáticos permiten crear tareas con colores de fondo según su tipo (personal, hobbies, trabajo) y lo mismo podemos hacer en papel con rotuladores y post-its. Sin embargo, mi truco no va en esta dirección: yo coloreo cada actividad cuando la he terminado (al menos para esa semana).
Uso tres lápices de madera para marcar lo que he hecho cada día de la semana:
- Verde: completada.
- Gris/Negro: tal vez he avanzado, pero no se puede completar todavía, así que reprogramo.
- Rojo: no tenía que haberme asignado esa tarea esta semana, hay que posponer.
Podrían ser perfectamente dos colores (verde y uno que valga por los otros dos). Lo relevante es que todo lo que me quede por hacer estará sin colorear y se percibe claramente. En este sentido, las palabras son siempre legibles, aunque se hayan marcado. Asimismo, al final de la semana salta a la vista lo bien o mal que se haya planeado. Cuanto más verde, más precisión al programar labores.
Por cierto, utilizo lápices de madera, porque eran los que tenía. Son cómodos, duran mucho y no deberían dañar tanto el medio como otras opciones.